Paula: La princesa?
Florencia: En su cuarto Pochi.
Paula: Permiso, paso a saludarla.
Cuando entre a la habitacion de Ursula estaba jugando con Juani.
Paula: Pero que nenas más lindas me encontré-dije sonriendoles.
Uschi: Tía Pau-dijo corriendo hacia mi.
Juana: Paaaaaaau.
Paula : Como andan hermosas?
Uschi: Bien, Juana vino a jugar a mi casa porque la extrañaba.
Paula: Que bueno mi amor, me voy con las chicas si?
Juana: Si pau-sonrió.
Volví al living a sentarme con las chicas, estaban por empezar a jugar a algo cuando tocan el timbre.
Florencia: Pau te animás a atender?
Paula: Falta alguien?
Florencia: Anda dale.
Cuando abrí la puerta estaba EL, si que tonta, alguien tenía que buscar a Juana.
Pedro: Ey Pau, todo bien?
Paula: Hola Pepe. Si vos?
Pedro: Tambien-sonrió. Que andas haciendo?
Paula: Nada, nos juntamos con las chicas. Te traigo a Juani?
Pedro: Para! podemos hablar un ratito?
Paula: Si, claro-dije mientras me sentaba en el escalón de la puerta.
Pedro: El otro día no me pasaste tu número y te extrañé-dijo haciendose el ganador, bah, ya
era ganador no hacia falta que se haga. ok, no. no podia dejar de mirarlo- Pau?
Paula: Eem, si perdon . Pasa que las chicas me apuraban-reí
Pedro: Y hoy me lo vas a pasar?
Paula: y no se, quizás Isa te pasa el suyo-PAULA! que dijiste? te hiciste la celosa y no son ni amigos todavía.
Pedro solo rió.
Paula: Perdón-dije avergonzada.
Pedro: Esta bien boba. Pero no me voy a rendir hasta tener tu número eh?
Paula: Veremos. Querés pasar así buscamos a la gorda?
Pedro: Dale, vamos.
Cuando entramos las chicas lo saludaron y Flor le preguntó si no quería avisarle a los chicos para cenar todos juntos. A la media hora ya estabamos todos sentados comiendo una pizza. Cuando termine ya eran cerca de las 23 asique fui hacia la habitacion de Uschi para ver si ya dormían.
Uschi: Tía Pau, nos contás un cuento así nos dormimos?
Paula: Si mi amor, vengan a la cama asi las abrazo.
Me acosté en el medio de Juana y Ursula y mientras les acariciaba el pelo les conté un cuento. No tardaron en dormir, pero yo, como toda tía babosa, me quedé mirandolas. Hasta que alguien entró a la pieza.
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