Lo miraba a los ojos, buscando su sinceridad. Tenía miedo a la respuesta. Aún no sabía por qué me generaba un poquito de celos. Nunca pensaría que el salía conmigo y con ella también, aunque pensandolo bien desde que lo conocí esas dudas daban vueltas por mi cabeza.
Hacía unos segundos le había hecho esa pregunta y aún no me contestaba. Ahora el también me miraba a los ojos sin entender mi pregunta.
Pedro: ¿Celosa de Isa?-me preguntó con su típica media sonrisa
Paula: Tendría que estarlo?
Pedro: Para nada-mientras me abrazaba por la cintura- es mi mejor amiga. Nos conocemos desde chicos, nunca pasaría algo celosita.
Sin disimular mi alegría comencé a besarlo. Ahora sí me sentía segura, segura de el, pero también de mi misma. Yo sabía que Pedro no me lastimaría, y que lograríamos ser felices. Creo que la felicidad de que me haya dicho que nunca podría pasar algo con Isabella me estaba haciendo soñar demaciado. Pasaban los minutos y nosotros seguíamos besandonos, hasta que una vocesita nos interrumpió.
-¿Podemos ver los dibus juntos?
¿Podía ser más tierna? Nos separamos y Pedro la alzo llevandola corriendo a mi habitación. Cuando entramos la tiro en la cama y comenzamos a hacerle cosquillas.
Juana: Por favor, basta, papi basta-riendo
Paula: ¿Qué estabas viendo mi amor?
Juana: una pelicula fea.
Pedro: ¿ Por qué fea ?
Juana: porque la nena se queda sola papá-dijo obvia.
Pedro: Bueno, no sabía de que se trataba yo-riendo
Paula: ¿ nunca viste 'La Princesita' Pedro ?
Pedro: Todos contra Pepe-haciendose el ofendido
Juana: No papi, yo te quiero. Yo nunca me voy a quedar solita como ella ¿ no ?
Yo lo miré a Pedro, esperando que el respondiera, pero como en todos los momentos en que Juana presentaba un miedo el se shockeaba.
Paula: Nosotros vamos a estar siempre con vos princesa, te prometo que ni un ratito te dejamos sola ¿ si ?
Y sí, sin dudar le prometí a Juana que la cuidariamos siempre. Ya estaban dentro de mi vida, ambos, y no sería fácil hacerlos salir. Me había enganchado tanto con ellos, con Pepe.. Lograba estremecerme con cada beso, con cada mirada. Y esa princesita que me alegraba los días. Yo estaba completamente segura que quería darles lo que realmente merecían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario